28 de agosto de 2010

BODAS DE PLATA EN EL MONTE PERDIDO

Ascensión en solitario al Monte Perdido desde el Parking de Tentes en Gavarnie, accediendo al Collado de la Cascada a través de la vertiente norte del Circo de Gavarnie.
La semana que viene celebramos los 25 años de la ascensión, junto con mi mujer, al Monte Perdido, nuestro primer tresmil. Llevábamos tiempo con la idea de volver a ascenderlo, pero, desgraciadamente, una baja laboral larga le va a impedir el acompañarme. He ascendido o descendido de esta cima por todas sus vías clásicas (exceptuando la Cara Norte), por lo que había que localizar un recorrido que estuviese a la altura de las circunstancias. Tenía varios proyectos pendientes en la zona, por lo que decidí unirlos a esa ascensión:
- Siempre había deseado recorrer la vertiente norte del Circo de Gavarnie a través de las terrazas situadas en la base de las cimas del Circo (el segundo rellano del Circo), y acceder de una manera directa, sin tener que atravesar la Brecha de Roland, al Collado de la Cascada. Es el recorrido habitual para acceder a la escalada de la Arista Passet al Marboré; simplemente había que abandonar este itinerario y remontar la pedregosa pala que asciende hasta el collado. El año pasado, en el trascurso de la travesía de los picos del circo, ya me asomé desde el collado y vi que era factible la ascensión: no se veía ningún cortado, ni tramo imposible de ascender.
- El otro objetivo era localizar las ruinas del primer refugio que se construyó en el Pirineo, la llamada Cabaña del Monte Perdido. Inagurada el 10 de Septiembre de 1877 a iniciativa del Club Alpino Francés -y como no podía ser de otra manera, con el Conde Russell de por medio-, fue utilizada hasta tres años más tarde, en que fue finalmente abandonada debido a la dureza de las condiciones climáticas del lugar. Hace años ya intenté localizarla en un lugar erróneo, y finalmente llegué a creer que el refugio se habría destruído y ya no quedarían restos de él. El año pasado, en la exposición que se celebró en Pau en homenaje al centenario del fallecimiento del Conde Russell, había un grabado realizado por Albert Tissandier fechado el 31 de Agosto de 1880 y titulado «Ascension au Mont Perdu et la cabane du compte Russell» y que se encuentra en el Museo Pirenaico de Lourdes, en donde se apreciaba el refugio y, sobre todo, una referencia visual sobre su ubicación.

Esto me hizo retomar la búsqueda de la cabaña, y localicé en internet una única fotografía del refugio más o menos actual, demostrando que las ruinas existían todavía. Lo guardé todo en la carpeta de asuntos pendientes. Hasta ayer.
- Los otros asuntos pendientes no los pude realizar debido al cansancio acumulado, por lo que seguirán guardados esperando...
A las doce de la noche del viernes llego al parking del Col de Tentes en Gavarnie. No me puedo resistir a fotografiar el Taillón bañado por la luz de la luna llena.

A las 07:00 horas comienzo a andar. El típico mar de nubes cubre el fondo del valle.

Una bonita luna llena me va a acompañar en la subida por la antigua carretera que ascendía hasta el Puerto de Bujaruelo.

Una vez en el puerto, me acerco a fotografiar el mugarri, o mojón fronterizo nº 319.

Mientras bordeo la vertiente norte del Taillón, me entretengo contemplando los juegos de luces y nubes.

El Pimené sobresale del mar de nubes:

Al igual que el macizo del Vignemale al fondo:

Y la luna que se resiste a irse. Estará a gusto junto al Taillón.

Un vistazo al agónico Glaciar del Taillón. Poco le queda para pasar a ser un helero...

Llego al Collado de Sarradets.

La romería hacia la Brecha ha comenzado...

Desde el Refugio aprovecho para estudiar el recorrido:

Según la Guía Ollivier, este recorrido, hasta el Glaciar de la Cascada fue efectuado en 1850 por el señor y la señora Alluaud, acompañados por los guías Laurent Passet y Bastien Teinturier. Apenas paro, y comienzo la travesía. Ganaré altura para no tener que atravesar el nevero a través de un agotador pedregal. Como veré luego, esta va a ser la tónica de la jornada.

El refugio comienza a quedarse atrás.

Pena de sol. Ya estoy a la altura del nevero.

Y una vez atravesado...

El sendero es obvio: hay que avanzar pegado a la muralla por unas estrechas repisas.

Y de vez en cuando pegarse un refrescante e inevitable chapuzón.

Seguimos avanzando.

Otra cascada. Esta vez la puedo evitar, que todavía estoy mojado de antes.

Veo el primer hito. Siempre hace ilusión...

Hasta allí hay que subir.

Pues poco a poco voy avanzando...

Esperemos que no suban más las nubes.

Ya debo de estar a mitad de recorrido.

Este nevero no se va a poder esquivar. Habrá que atravesarlo...

Otro nevero para atravesar y ahí en adelante parece que se complica la cosa...

Hace un rato me pareció oir voces por las alturas. Alguno que estará en la cima de La Torre, pensé...

pero al fijarme mejor, veo esto:

Bueno, me fijo un poco más... y veo una cordada escalando la vía Ravier a la cara norte de La Torre de Marboré. Les deseo suerte.

Bueno, sigamos.

El mar de nubes sigue a mis pies.

Llego al tramo complicado. Finalmente veré que no es tan fiero. Me encuentro más o menos a la altura del Gran Diedro del segundo rellano.

Me encuentro una cuerda. A saber el tiempo que llevará allí y ahí se queda.

Otro nevero. Este lo atravesaré por el interior de la rimaya...

Hasta encaramarme a él.

Atravesar este paso sí que daba miedo, pero al final no fue tan difícil ni peligroso.

Un vistazo a este último tramo:

Qué lejos se ha quedado el refugio.

Últimos metros para llegar a la luz. Hay que dirigirse hacia ese hito.

Luego habrá que dirigirse hacia la pala señalada en la foto, teniendo que atravesar antes un par de neveros.

Pero antes voy a descansar, que ya llevo 3:45 horas desde que salí del coche y este es un sitio precioso para ello. Las vistas lo son, por lo menos. La gran cascada y la Hotellerie du Cirque a mis pies.

Además, la niebla comienza a disiparse.

Aprovecharé para sacarme una foto antes de que se desaparezca del todo.

Bueno, después del descanso, continúo ruta.

Hasta allí hay que ir ahora, casi hasta el Glaciar de la Cascada:

Enfrente tengo el final de la Cresta de los Druidas, la Brecha Passet y el comienzo de la Arista Passet.

Comienzo a subir por el peor pedregal de toda la travesía, el que me va a reventar.

Al comienzo esquivaré lo más roto por los grandes bloques, que son más estables.
En la pared de enfrente resalta el enorme boqueda de la Grotte Devaux:

Pero de vez en cuando no habrá más remedio que tener que atravesarlos.

Poco a poco voy ganando altura. Me entretengo contando pasos y descansando.

Ya se adivina el final...

Por lo menos, altura ya he ganado.

Últimos metros....

12:00 horas Collado de la Cascada Veo al fondo el Monte Perdido. Qué lejos está.... Por aquí anduve hace un año más o menos, durante otra travesía del Circo de Gavarnie

He pasado unas cuantas veces por aquí, por lo que no me van a hacer falta seguir los hitos.

Creo haber identificado las referencias del grabado, por lo que me dirijo recto hacia allí.

Pues sí, ha habido suerte. Me encuentro delante de las ruinas del primer refugio del Pirineo. El Conde Russell, Edouard Wallon, Saint-Saud, Célestin Passet... todos ellos pasaron alguna noche entre estas paredes.

Todavía les queda algo de la argamasa original.

Panorama desde su interior:

Desde luego, no hay duda de si es o no es el lugar.


Abandono este pedazo de historia del Pirineo, que todavía queda un buen rato de marcha.

Al doblar una esquina me encuentro con este bonito ejemplar de macho de sarrio a unos diez metros de distancia. Me mira tan extrañado como yo a él. Echa una meada y se va tranquilamente. ¡Cuantas sorpresas seguidas!

Ya tengo a tiro de piedra el Monte Perdido...


pero antes voy a tener que perder bastante altura hasta empalmar con el sendero que sube de Góriz.

De ahí arriba vengo.

Bueno, a partir de ahora se acabó la tranquilidad.

Aunque esto también tiene sus cosas buenas: me encuentro con Miguel, su mujer Conchi, su hija Alba y el hermano de Conchi. Bajan del Monte Perdido y tienen prisa, deben de coger el autobús de Nerín. Alba está radiante, después de dos intentos anteriores, lo había conseguido. Quizás dentro de 25 años vuelva para celebrarlo como yo.

Nos deseamos suerte, y cada uno continua ruta. Ya tengo a la vista el último trecho.

Cuanta gente queda todavía por aquí.

Todos descienden. Soy el único que todavía sube.

La verdad, aquella vez subía por aquí mejor acompañado...

Según gano altura, oigo música. ¡No puede ser! Voy a tener celebración musical en la cima...

15:00 Monte Perdido Me ha costado ocho horas llegar hasta aquí. La verdad es que no siento nada especial, me ha faltado la compañía.

Pero bueno, es como si estuviese aquí. Yo así la recuerdo...

Descanso un cuarto de hora en compañía de otras cince personas, y comienzo el descenso, que el coche lo tengo lejos todavía.

Volveré por un camino diferente, más directo. Ganaré altura y bordearé el Pitón SW del Cilindro por el sur

Es un sendero cómodo.

y rapidamente bordeo esta cima, hasta tener a la vista el Marboré y sus satélites

Aquí no hay pérdida (por lo menos sin niebla), además de los hitos...

el sendero casi está dibujado en el suelo.

Alguno incluso ha pasado la noche aquí:

Vaya, pero si antes he andado por ahí....

Voy a tener que ganar aún un poco más de altura. Aprovecharé a subir por la nieve.

Una mirada atrás desde arriba:

Un poco de tregua llaneando...

hasta llegar de nuevo a la base del Collado de la Cascada

Comenzaré a bordear el Pico de La Torre por su vertiente sur, siguiendo una linea de estrechas repisas

en donde a veces hay que andar con cuidado.

como en este tramo que acabo de atravesar, donde con nieve, sería muy peligroso.

Todavía queda un destrepe por unas estrechas chimeneas...

y para dejar atrás definitivamente esos pasos aéreos...

y empalmar con el sendero que se dirige hacia el Casco.

También tendremos que atravesar algún sendero colgado, pero impresiona menos.

Llegaré a la amplia explanada que hay entre el Pico de La Torre y el Casco.

La Torre se queda atrás...

y seguiré descendiendo hasta llegar al Collado de los Sarrios.

Voy bordeando el Casco...

Hasta tener a la vista la Brecha de Roland. En este tramo, el calor es insoportable.

Atravesaré el Paso de los Sarrios...

hasta llegar por fin a la Brecha. Sopla un fuerte viento (algo habitual en este lugar), y no apetece estar parado.

Tras echar una mirada al segundo refugio que se construyó en el Pirineo, el Abri Russell...

comienzo el último descenso hacia el coche.

Menos mal que no estaba así esta mañana.

Casi ni se ve el refugio.

Al llegar al Collado de Bujaruelo, un fortísimo viento helado me hace tener que ponerme un cortavientos.

Por fin, a las 20:02 llegaré al coche, helado de frío y con los pies destrozados. Creo que el recorrido ha merecido la pena, pero no pienso volver a repetirlo nunca...